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Herramienta para Padres #35 la Complicidad

La serie de entradas de "Herramientas para Padres" (son más de 50) tiene por objetivo evaluar de manera objetiva (o lo más objetiva posible) todas aquellas estrategias, planes y programas de los que disponemos las madres y padres de familia para guiar a nuestros hijos durante sus años de preparación e incursión a la vida adulta, sin satanizar ni favorecer ninguna, buscando siempre reconocer las ventajas y desventajas de cada una de ellas. En ningún momento se pretende decirle a los padres cómo criar a sus hijos, pero sí brindarles una perspectiva lo más amplia posible para evaluar y corregir (si es del caso) la situación actual de sus hijos. La información consignada en estas entradas, no pretende ser exhaustiva, ni absoluta, y refleja únicamente la opinión del autor a partir de la experiencia lograda a lo largo de más de 15 años trabajando con familias de niños, adolescentes y adultos jóvenes.


Herramienta # 35: La Complicidad 

La complicidad es una herramienta increiblemente poderosa, si sabemos bien como utilizarla, ya que sus efectos van desde acercarnos a nuestros hijos abriendo canales de comunicación basados en la confianza y el respeto mutuo, hasta la pérdida total, absoluta e irremediable de la autoridad paterna. Algunas personas proponen que la complicidad es parte de la vieja estrategia de "ser amigo de sus hijos". 

En qué consiste:

Se trata de consentir alguna acción o decisión que toma nuestro hijo, a la que normalmente no cederíamos, existen tres formas de complicidad.

  • Guardando silencio. Bajo el principio de "el que calla otorga", observamos a nuestros hijos haciendo algo que no aprobamos (por ejemplo: tomando en exceso), y dándose ellos cuenta de que los estamos viendo, simplemente callamos posiblemente con una sonrisa. Se da en tal caso una aprobación tácita. Imáginemos en niños más pequeños ver cómo el niño rompe la regla de uno de los padres, y callar la falta.
  • Defenfiendo lo indefendible. Cuando independientemente de si lo que hizo nuestro hijo estuvo bien o no, yo lo acuerpo, sea respaldando una mentira, o haciendo un argumento para evitar a mi hijo el asumir la consecuencia. Un ejemplo de este caso sería el padre que asume el lugar de su hijo en un accidente de tránsito cuando éste no traía la licencia. En el caso de los más pequeños, podríamos pensar en el momento en que la madre va a la escuela a defender a su hijo aún y cuando sabe que éste cometió una falta grave.
  • Participando del hecho reprochable. Esto se da cuando "nos damos una escapadita", o "tiramos una cana al aire" con nuestros hijos y quebamos la regla juntos. Ejemplos de esto pueden ir desde comernos un helado juntos (cuando se supone que no debemos hacerlo), hasta (con hijos ya más grandes) irse de fiesta y emborracharse juntos.

Origen Probable de la Herramienta

Debido a que la.complicidad implica una violación temporal a la jerarquía tradicional de la familia de la modernidad, parece más factible que esta haya comenzado a utilizarse en la segunda mitad del siglo XX cuando la estructura familiar comenzó a sufrir mayores cambios. A nivel documental,  podemos ver en películas y novelas de esta época, escenas en las que padres o madres rígidas se arrepienten de su rigor, y consienten hacia el final de la historia  conductas o situaciones que al inicio eran impensables.

Objetivo de la Herramienta

Usada como herramienta la complicidad con los hijos puede acercarnos a ellos a través de canales de comunicación basados en el respeto, y el reconocimiento mutuo. La complicidad puede además darle al hijo el mensaje de que puede confiar en sus padres porque son personas que como él, no aspiran a ser siempre perfectas, y de vez en cuando ceden a la tentación de alguna "travesura". Además, esta técnica es capaz de romper mitos familiares con respecto a las expectativas de los padres (sobre todo cuando éstas parecen abrumadoras a los hijos). Bien utilizada, esta técnica puede lubricar relaciones familiares tensas y rígidas.

Recomendaciones (no reglas) de Uso:

  1. Lo más recomendable, si vamos a utilizar la complicidad, es que esta no sea utilizada para como forma de evitar consecuencias o responsabilidades, ya que el mensaje que lleva puede ser muy fuerte. En los niños pequeños, ellos pueden entender que las reglas y las consecuencias están suejtas a la conveniencia, mientras que en adolescentes y adultos jóvenes, se corre el riesgo de destrozar la imagen de los padres, o alimentar la sensación de omnipotencia del adolescente, que ahora tiene elementos reales para suponer que las reglas no le aplican a él.
  2. La complicidad no debería ser utilizada para evadir las reglas de uno de los padres. Esto puede cristalizar alianzas, o estimular coaliciones a nivel familiar.
  3. La complicidad es especialmente efectiva cuando se liga a pequeños momentos emocionalmente especiales que pasamos juntos padres e hijos, en travesuras o actos de chineo mutuo, como escaparse jutnos, vacilar juntos. Queremos qeu ese momento de brincarnos una regla (insignificante) juntos sea algo para recordar, una memoria.
  4. No la utilice muy seguido. La complicidad debe ser algo realmente especial, si lo hacemos (demasiado) frecuentemente, vamos a devaluar el momento, porque será ahora una rutina bonita de momentos genéricos.
  5. Destaque el momento con palabras. Encárguese de que su hijo comprenda cómo ha disfrutado usted con él en este momento especial.
  6. No lo arruine con sermones o regaños. Tampoco juzgue la forma en que su hijo se comporta en esta nueva situación, esto podría imposibilitar el uso futuro de la técnica.
  7. Cuando sea posible planeelo de antemano, sepa qué es lo que van a hacer y hasta dónde va a llegar. Evite que el momento se salga de las manos.
  8. Utilicela en situaciones importantes para su hijo en las que este realmente necesita, pero no se atreve a pedir ayuda. En estos casos la complicidad se convierte en ese mensaje de "no estás solo, yo estoy con vos" que todos necesitamos en alguna ocasión.
  9. Disfrute. Esta es una técnica para disfrutar a su hijo, y que su hijo disfrute de usted. 

Ventajas de la Complicidad:

  • El momento de la complicidad puede ser una excelente oportunidad para que el hijo se abra a conversar con el progentior de temas que en otro momento no logra hablar, no lo desperdicie.
  • Presenta al progenitor como una persona real, rompiendo mitos de perfección que se pueden volver abrumadores o limitantes en la vida del hijo.
  • Permite a los padres acceder por un momento en el mundo de sus hijos, lo cual le brindará nuevas perspectivas sobre algunos aspectos importantes para el muchacho.
  • Lubrica relaciones tensas (entre padres e hijos).

Desventajas del Complicidad:

A pesar de lo anterior, la complicidad puede ser una maña en las relaciones de los padres con los hijos. A veces en terapia, la complicidad puede ser evidencia de problemas familiares relacionados con alianzas o coaliciones, manejo de límites, o el involucramiento involuntario del menor en problemas de pareja.
La complicidad podría impedir a nuestros hijos a asumir sus responsabilidades, además de volverlos dependientes de nuestra presencia para enfrentar problemas.
Utilizada en exceso, esta técnica se vuelve rutina por lo que puede perder su efectividad. Además se corre el riesgo de resquebrajar la estructura jeráquica familiar, y de despojar a los progenitores de toda autoridad frente al muchacho.
Una excesiva complicidad con los hijos, les pone en riesgo de desarrollar problemas de conducta, problemas legales y malas relaciones futuras de pareja.

La complicidad es como el azúcar de las Herramientas para padres. Usada con moderación hace las cosas más dulces. Utilizada en exceso enferma a quien la consuma, y puede ser adictiva.

Que su familia le Bendiga.



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