Si hicieramos una encuesta entre padres de familia, estoy seguro que más del 75% de los encuestados satanizaríamos los videojuegos, y sin embargo, casi todos los niños tienen al menos un tipo de consola en casa, o juegos descargados en sus celulartes, o los de sus padres. Lo que muchas personas no saben, es que los videojuegos podrían tener más de un lado positivo en el desarrollo mental de nuestros hijos.
Solo para hacernos una idea, según Leda Beirute (1988), el uso de los videojuegos puede tener efectos positivos en el desarrollo de la autoestima de los chicos, esto debido a que al no enfrentarse con la crítica que en lo social supone el error, el niño tiene la oportunidad de probar ilimitadamente hasta lograr cumplir con el objetivo. Otro aporte interesante corresponde al trabajo de Dafne Bavelier que encontró que el uso de juegos de video de acción (tipo Call of Duty) ayudan al mejoramiento de la visión y los procesos atencionales (creo que esa no la vieron venir).
Dice una frase que nuevos tiempos traen consigo nuevos problemas, y para muchos de nosotros el control del tiempo pantalla en niños y jóvenes es uno de estos nuevos problemas. Es evidente y preocupante como se enfrenta a los niños a estímulos que al menos vistos desde fuera producen efectos muy similares a una adicción. No obstante, haríamos bien recordando que la tecnoloogía digital, al igual que el resto de los inventos humanos, no son buenos ni malos per se, y que su efecto dependerá completamente de la intencionalidad que se le de a su uso. Por lo tanto, en lugar de satanizar un elemento que en el largo plazo nos ayuda a desarrollar en nuestros hijos destrezas que serán importantes en una sociedad digitalizada, deberíamos concentrarnos en tomar el control de la herramienta, conocerla, darle un objetivo y desarrollar en nuestros hijos el carácter suficiente para dominarla.
Que su familia le Bendiga
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